Torbellinos en fase de colores
Un remolino cromático envuelve y atrapa a quienes se acercan a la obra del pintor cubano Osmar René Reyes Valdés nacido en San Antonio de los Baños el 10 de marzo de 1973 y residente en el estado de Nebraska en Estados Unidos, país al que emigró en el 2016.
La obra de Reyes Valdés se distingue desde los inicios en su país natal por la fuerza y la mezcla del color, y por el dominio del espacio en el lienzo y la relación fondo/figura, donde sin dudas es un maestro. Al relatar su mundo interior de manera anecdótica e intelectivamente nos llena de referentes universales y locales. Todo un proceso psicológico, perceptivo y de emociones envuelve la obra de este artista, procesos que son transferidos a los espectadores cuando traspasan el umbral de la galería. En Marzo del 2020 tuvo lugar la muestra personal Petrified Memories en Grand Island, ciudad del estado de Nebraska. Trece lienzos de gran formato formaron la muestra. El misticismo de las composiciones irreales y emotivas embrujó con las figuras y las construcciones arquitectónicas suspendidas de los espacios. La inconfundible libertad de la utopía fue tomada por el pincel de Osmar y recreada con temas universales a partir de su nuevo nivel de realidad. Siendo una pintura más puramente americana con algunos símbolos de paisaje cubanos.
Destacó en Petrified Memories las texturas, las alegorías y diagonales de las piezas así como los cielos enigmáticos, luminosos y descriptivos. Una de las obras más impactantes -en mi opinión- fue Paisaje Universal con verde de la Florida, lienzo inverosímil, rítmico y muy intelectual. Sobre un puente de arcos romanos descansa toda la atmosfera, este puente simbólicamente representa la transición que une y/o separa dos orillas, hecho histórico presente desde la edad medieval. Encima de dicho puente la Catedral de Notre Dame: poética, etérea, artística y envuelta en llamas y humo; haciendo así alusión a un lamentable suceso reciente. La humarada se expande sobre ese cielo caótico; arriba de la Catedral un águila de cabeza blanca como mensajera espiritual entre los dioses y los humanos, ante el horror que mira, sacude sus alas como queriendo apagar el fuego, llevando sobre sí el Capitolio de Estados Unidos, edificaciones de la Florida, y la siempre presente la iglesia de su natal pueblo, referente arquitectónico y filial que forma parte de su otro yo y del pasado.
Osmar René Reyes Valdés es un pintor que ha fusionado diferentes estilos como el manierismo y el paisaje con sus vivencias personales y la cultura adquirida, tanto de la vida como de los libros y maestros. Un torbellino de colores, empastes y pinceladas sueltas es el sello personal de este creador.
*Yuray Tolentino Hevia, poetessa