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Reseña de “El espejo de Ada”

“El espejo de Ada” es el nuevo libro de Annella Prisco, publicado por vez primera en español por la Editorial colombiana Papel y Lápiz. Es un libro intenso, íntimo y apasionante que tiene como protagonista a Ada, una mujer en constante búsqueda de sí misma, de su equilibrio. 

El libro comienza con un viaje en tren – una metáfora del autodescubrimiento -, un viaje íntimo y cautivador que nos regala a los lectores emociones fuertes en las que todos podemos encontrarnos.

La protagonista de esta historia regresa a Acciaroli, en Cilento; después de 15 años regresa a la antigua casa de veraneo donde iba con su hijo, una casa que le trae muchos recuerdos en los que reflejarse para entender mejor su camino de vida. El espejo tríptico sobre el tocador le recuerda quién había sido, refleja quién es ella en el momento presente y le promete un futuro de completo renacimiento: las tres puertas del espejo, de hecho, en las intenciones de la autora, son el símbolo de Ada, de ese nombre palíndromo que la protagonista de la novela ostenta con orgullo y que indica que el principio, en realidad, también podría ser el final de todo y, en realidad, el final también podría considerarse el comienzo de algo nuevo, casi una regeneración del alma y de los pensamientos.

Pero en la novela no sólo existe este gran espejo para simbolizar la voz de la conciencia de la protagonista. Al leer las páginas de este maravilloso libro, podemos ver cómo está lleno de muchos pequeños espejos que Ada suele sacar de su bolso para observarse a sí misma. La necesidad de la protagonista de controlar su imagen proviene de no querer revelar al exterior lo que tiene dentro. En este caso, el espejo la tranquiliza devolviéndole la imagen de sí misma que quiere dar al mundo: sólo ella sabe lo que siente, sus emociones, sus miedos y sólo ella puede ver a través del espejo lo que hay detrás de su mirada, detrás de ese pintalabios que anima su sonrisa.

Ada es una mujer que ha sufrido mucho, una mujer tan llena de inseguridades que necesita, para salir adelante, de personas y elementos que puedan infundirle esa sensación de estabilidad que tanto anhela. Por eso, cada ocasión en la que ha dado un cambio en su vida está marcada por la presencia de su fiel maleta en el que nuestra protagonista vuelca toda su experiencia a la que puede recurrir en los momentos de necesidad.

Aparentemente, Ada nunca ha tenido miedo al cambio a pesar de que, a veces, sus decisiones no han sido las correctas para ella y para su deseo de vivir la vida al máximo. Por ejemplo, dejar Nápoles para seguir a Simone, su marido, a Roma no resultó ser una buena elección, a pesar de las excelentes premisas. El sacrificio de no continuar los estudios con los que hubiera hecho realidad su sueño de iniciar una brillante carrera en comunicación y moda y en cambio irse, a vivir a una ciudad que no siente propia, que con el paso del tiempo, le ha traído solo dolor e insatisfacción. Simone, que al principio la había seducido con su manera de hacer las cosas, pronto la abandona a sus pensamientos y preocupaciones, volviéndose indolente con ella. La única persona que ama incondicionalmente a Ada, que la aconseja, que quiere su bien, su felicidad es su hijo Emiliano, el único que verdaderamente siente cómplice de su alma, aquel que representa su conciencia, su espejo, el que le da consuelo y casi indulgencia por esa transgresión emocional que la había arrollado en Florencia. Ada, de hecho, incapaz de permanecer inerte y sintiéndose cada vez más una invitada en su casa, decide renacer y tomar las riendas de su vida yendo a Florencia para terminar sus estudios de comunicación y moda. A partir de ese momento, entrevé la posibilidad de vivir una vida paralela, sintiéndose renovada y desatando en su interior nuevas emociones que la hacen sentir capaz de demostrarse a sí misma que está viva.

Las dos historias de su vida continúan paralelas y, al final de un período convulso y triste, se encuentra en el tren, viajando a Cilento, ese viaje que es el comienzo de ulteriores renacimientos, ese viaje en el que se da cuenta de la necesidad de poner orden en su alma y en su corazón, ese viaje que le ha hecho encontrar de nuevo el espejo tríptico que la ayudará a reconstruir la imagen completa de sí misma, destacando los tres puntos de nacimiento y renacimiento de toda su existencia.

Este es precisamente el momento que marca la línea divisoria para Ada entre su pasado y su futuro. Justo en ese momento, nuestra protagonista, casi sorprendida, se da cuenta de lo lejos que ha llegado y de lo mucho que le queda por recorrer, a pesar de sus debilidades, de sus ambiciones, de sus derrotas.

Ahora, todo encaja, todo finalmente tiene su propia razón de ser.

Recomiendo leer esta novela por la temática sumamente actual, por la escritura rica y viva y por el poder de esas imágenes que crean atmósferas que cautivan a cualquiera que quiere disfrutarla, creando una especie de simbiosis con el lector que se anima a mirar dentro de sí mismo y a reflexionar sobre su vida.

*Elisabetta Bagli, poetessa, scrittrice